LA LITERATURA INDIA

 PANCHATRA

PROCEDENCIA DE LA IMAGEN
  TURQUIA ESTAMBUL PALACIO TOPKAPI-BIBLIOTECA LIBRO DE FABULAS DE CALILA Y DIMNA-ILUSTRACION-ANIMALES-LIT INDIA-HACIA 300 DC Obra de BIDPAI. 

La preciosa ilustración con que se abre esta entrada tiene relación con  un libro, EL PANCHANTRA que recoge las primeras fábulas de la historia de la literatura. Sus orígenes están en  la India, y no es extraño, pues en este país se supone a los animales, y aun a las plantas, un alma semejante a la del hombre, también se les atribuyan las ideas, las pasiones y el lenguaje de la especie humana. Estas fábulas contienen una enseñanza final, lo que hemos llamado tantas veces "moraleja". (apólogos)
Se cree que Bidpai, brahmán y filósofo, compuso sus fábulas para la instrucción del hijo de un príncipe indo, en cuya corte vivía.
De la India pasaron a Persia (Irán/Iraq) desde donde llegaron a a Europa partir de dos caminos bien diferentes: La tradición musulmana por el sur y la tradición grecolatina a partir de la antigua Bizancio y el Oeste europeo. España tuvo mucho que ver con la introducción de las fábulas en Europa por su cultura mezcla de árabe ,judía y oriental: El rey Alfonso X el sabio fue quien las mandó traducir.
La influencia de sus cuentos trasluce en todas nuestras fabulas, desde Esopo a La Fontaine, pasando por Ramon Llull, don Juan Manuel, Chaucer, el Arcipestre de Hita, Boccacio y Cervantes.  

EL MONO Y EL CARPINTERO

Un carpintero se había sentado en un tablón que estaba aserrando, y para manejar la sierra con facilidad empleaba dos cuñas que colocaba en la abertura, alternativamente, a medida que avanzaba su obra.

Un mono observaba atentamente el trabajo del carpintero. Éste, por un motivo accidental, tuvo que abandonar su obra: el mono inmediatamente se subió al tablón, en el cual se sentó, pero con tan mala fortuna que la cola se le introdujo en la abertura: después quitó la cuña que mantenía abierta aquella raja, y las dos partes se juntaron tan fuertemente que aplastaron y magullaron la cola del pobre simio.

Éste lanzó dolorosos gritos. El carpintero acudió y vio al infeliz animal en aquel estado lamentable. "He ahí —le dijo— lo que sucede al que se mete en un oficio del que no ha hecho el aprendizaje. Considérate feliz, a pesar de todo, porque si en vez de ser la cola la que ha sufrido en la aventura hubiera sido el cuello, estarías a estas horas en el imperio de Yama."



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