DEL TEATRO REALISTA RUSO A STANISLAVSKY
Nos puede resultar curioso los orígenes del teatro realista ruso, derivado del teatro de siervos, los actores eran campesinos instruidos en el arte del teatro para entretener el ocio de la nobleza. De este modo, cuando en 1861 fue abolido el régimen de servidumbre, Rusia se encontró con numerosos actores, bailarines, músicos que pertenecían a esa servidumbre. En esta época se representaba obras francesas y se comprendía la urgente necesidad de crear un teatro más conectado con la realidad rusa.
Fue en 1898 cuando se creó el famoso Teatro de Arte de Moscú, dirigido por Stanislavski . Construyeron por fin un hermoso edificio, pero necesitaban dramaturgos, y se entrevistaron con Chéjov, ya famoso por aquel entonces como narrador, y como dramaturgo. Gracias mayormente a Dánchenko, pues Stanislavski no apreciaba a primera vista su obra La gaviota.
La gaviota de Chéjov se había estrenado el 17 de octubre de 1896 y resultó un rotundo fracaso, calando este desastre hondamente en el ánimo de Chéjov hasta el punto que salió huyendo de San Petersburgo hacia Moscú ; a las dos de la mañana dejó una nota a su amigo Suvorin, importante editor y dueño de un teatro privado, en cuya casa estaba alojado: “Jamás olvidaré la noche de ayer…Nunca más volveré a escribir una obra de teatro”. Pero la vida da giros imprevisibles y el 22 de junio de 1897 se entrevistaba con Stanislavski y Dánchenko, cambiando sabiamente de opinión.
En 1898 se estrenó una nueva versión de La gaviota, dirigida por Stanislavski, y se convierte en todo un éxito, en un símbolo del teatro ruso moderno. Este triunfo los alentó para estrenar Tío Vania , Las tres hermanas y El jardín de los cerezos, todas aplaudidas, lo que hizo que se estrenaran obras anteriores de hacía diez años como El oso, El canto del cisne, La petición de mano, Tatiana Repín, El aniversario, hasta la prematura muerte de Chéjov.
Parece ser que a Chéjov todavía le quedaban secuelas de aquel fracaso suyo y no asistía a los ensayos ni tampoco a los estrenos. La última obra de Chéjov, El jardín de los cerezos se estrenó en el Teatro de Arte el 17 de enero de 1904. El papel de Raniévskaia fue interpretado por su esposa Olga. Chéjov fue trasladado al teatro, llegó durante el tercer entreacto, y allí, le rindieron homenaje todas las figuras relevantes del mundo literario y artístico. En julio de ese mismo año morirá nuestro escritor, víctima de la tuberculosis.
En el éxito de las obras teatrales de Chéjov influyó no sólo Stanislavski, como director de escena, también el escenógrafo Víctor Simov, quien dotaba los montajes de Stanislavski-Chéjov de una atmósfera psicológica y poética.
¿ Cuál era la magia de Constantin Stanislavski? Para este director el teatro se fundaba en el trabajo dramático del actor. Los actores deben vivir en la escena, no representar, mostrar la ” verdad interior “ al público; su llamado realismo psicológico, proyectar de manera más real el mundo emotivo de los personajes.“La mente del actor debe estar abierta a las ideas de su tiempo, a los rasgos de su tiempo, profundizar en el pensamiento, conectar con el alma humana, observar la vida en su totalidad y cobrar conciencia de ella”. En el desarrollo de su método su interés se desplazará de la psicología a la expresión corporal- el método de acciones físicas- destacando la importancia de los movimientos, la gesticulación, la disposición física, en busca de toda una gramática de la actuación.
A sus alumnos les aconsejará ” No tratéis de abriros paso a empujones para ocupar las primeras filas en la profesión; no busquéis distinciones ni recompensas; dad, en cambio, lo más posible de vosotros mismos para llegar a penetrar en el mundo de la belleza…” Hermosas y difíciles palabras. Podréis encontrar más información sobre este relevante director y sus teorías en el enlace , a quien le guste el teatro, lo disfrutará.